La primer visita de CARCASS a México

La primer visita de CARCASS a México

A principios de los 90, México empezó a recibir bandas de los nuevos géneros de metal que se habían gestado en Europa y Norte América a finales de los 80.  Las bandas internacionales más brutales que habían visitado el país, eran del género Death Metal y una Death Grind (Napalm Death). En esta ocasión vendría la más extrema hasta el momento, del género gore grind. Supe de la primer visita de Carcass a México en el salón de clase por culpa de mis amigos que habían ido al Mexican Mosh Fest, en ese concierto se los dieron.

Corría el mes de febrero del 92, mis tres carnales de la prepa con los que conocí el metal brutal: Luigui (Aztro), César (Mega) y Barbosa (Bart), habían tenido la oportunidad de haber asistido en dos ocasiones a la “Arena Adolfo López Mateos”, donde fueron testigos de los conciertos de “Sepultura” (diciembre de 1991) y el “Mexican Mosh Fest” (febrebreo de 1992). Yo no fui con ellos porque mis padres no me habían dado permiso de ir, un clásico de esa época por ser morros de prepa.

La mentira

En esta ocasión no podía quedarme en casa escuchado mis casetes y cd´s de metal en lo que mis amigos disfrutaban una vez más del rock extremo en vivo, por lo que tuve que mentirle a mis padres, les inventé que iba a hacer un tarea de equipo en casa de un amigo, como asistíamos a una escuela religiosa muy estricta, del cual no diré el nombre, era creíble que tenía que ocupar algunos fines de semana para hacer tareas interminables, “putos maristas sin vida propia”, sólo diré eso.

Como era costumbre en esas épocas, las bandas internacionales se presentaban sábado y domingo en la arena. En esta ocasión escogimos el día domingo 8 de febrero, el concierto iniciaba más temprano que los sábados y, el regreso a casa seria por la tarde-noche.

En esta ocasión sólo íbamos Luigui, Barbosa y yo, a Mega no lo dejaron ir porque tronó 5 materias en el mes (de 9), otro clásico de la época, yo no entregué mi boleta en esa ocasión porque había tronado también varias materias.

Domingo 8 de febrero de 1992

Los tres amigos metálicos nos quedamos de ver en una estación del metro de la línea azul, después tomamos un microbus en Toreo para poder llegar a la catedral del metal. Recuerdo que al arrivar a las inmediasiones de la arena, la fila ya era muy larga, todos nos veíamos las caras haciéndonos los serios, seguro me crucé con amigos que en ese momento no lo eran y después gracias al rock nos hicimos compas.

En esa época como no había internet, eramos “pocos” los que nos enterábamos de esos conciertos, sólo podías enterarte llendo al chopo o leyendo alguan revista como “Conecte”, “Rock pop” y “Heavy metal subterraneo”. Así que los que nos reunimos ese día eramos privilegidos, ya que seríamos testigos de la primer visita de esta banda inglesa a México.

Carcass venía presentando el “Necroticism Descanting the Insalubrious”

Uno de los disco más perfectos de toda su discografía y que no me aburría de escuchar en mis walkmans, iba a ser tocado casi en su totalidad. Al entrar a la árena, “Krankhaft” del Estado de México ya estaba en el escenario, calentando el slam con su riffs grindcoreros. Después le siguió “Hardware” de Guadalajara, recuerdo que esa banda me gustó bastante, tocaban Death Metal e integraban sintetizadores, me habían sonado de repente como Entombed, o tal vez ya estaba visualizando entre linea el siguiente show  en Tlane, que justo sería esa gran banda sueca.

Recuerdo que en lo que se instalaba “Hardware” en el escenario, Jeff Walker, Michael Amott y Ken Owen salieron de los camerinos para tomarse fotos con los fans. Obvio aprovechamos la ocasión para hacerle, yo me quedé con unos cabellos de Michael Amott porque se atoró en mi pulsera en su cabello. Las fotos las tomó Barbosa, él había tenido la gran idea de llevar una cámara de rollo, alguna vez nos pasó las fotos en digital pero ya no las he visto de nuevo.

Llegó el momento de ver a Carcass en el escenario

Iniciaron con el intro de su nuevo disco “Necroticism…” y se siguieron casi con el orden completo del disco, no pudieron faltar rolas de los discos “Symphonies of Sickness” y “Reek of Putrefaction”. Como era la primera vez que veía un slam tan salvaje, no me metí a darle, preferí quedarme en las gradas disfrutando de mi primer show de metal, sólo me dediqué a mover el cráneo y ver como la gente volaba de stage dyving.

No tengo más recuerdos del regreso a casa, sólo sé que ese concierto fue muy simbólico para mí. El poder escuchar en vivo esos riffs que me transportaban a otra realidad en mi cuarto y, que me servían de terápia psicológica ya que vivía tiempos de presión escolar extrema, a mis escasos 16 años. Creo que lo único que agradezco de haber estudiado año y medio en esa escuela (me corrieron a mitad de segundo de prepa), es que ahí conocí el metal extremo, gracias a tres grandes amigos que sigo procurando hasta la fecha. 

 

 

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